lunes, 24 de diciembre de 2012

¿La familia influye en la aparición de la anorexia?


Según recientes investigaciones, sí: la anorexia nerviosa se gesta en la familia, nunca individualmente. El experto Salvador Minuchin concibe la enfermedad como el resultado de determinados modelos familiares. Las chicas anoréxicas crecen en familias controladoras, rígidas e incapaces de resolver sus conflictos de forma efectiva, en las que se valora la protección de los miembros mucho más que la autonomía y la realización personal.

Helen Bruch, pionera en el tratamiento de la anorexia, descubrió que las jóvenes anoréxicas proceden de hogares en los que los padres les imponen una identidad, marcada por la simbiosis y el aislamiento. Limitan el desarrollo de los hijos, de su fantasía y su crecimiento, poniendo como excusa que hay peligro en el exterior e implicándoles en su propia conflictividad. La madre suele ser pasiva y sometida a su cónyuge. El padre, preocupado por los éxitos sociales más que por lo que piensan o sienten los miembros de su familia.

Tanto el padre como la madre tienen una hiper exigencia cuando la hija llega a la adolescencia, quieren que sea mayor pero a la vez que no lo sea. Por lo tanto, ella, a través de la anorexia nerviosa, consigue un retraso en el crecimiento, una regresión.

Miedo a ser adulta. Como no llega a desarrollar un sentido claro del yo, no puede vencer los desafíos propios de la adolescencia. La edad adulta y en especial la sexualidad le asusta. Por eso, matarse de hambre es una manera de seguir siendo pequeña, asexuada y dependiente.

Control. La psicología cognitiva cree que las anoréxicas desarrollan una visión de la realidad tan pobre que les es imposible enfrentarse a la vida adulta. Como renuncian a cualquier modo de influir en los demás, acaban haciendo lo único sobre lo que tienen poder: renunciar a comer. Es una manera de decir: "Controlo algo. Nadie me puede obligar a comer".

Claves del tratamiento psicológico. Es frecuente que el terapeuta anime a la paciente a cuestionarse los valores culturales, enseñándola a valorarse a sí misma.

1.- Abandonar la tendencia al perfeccionismo, a ser menos estricta y crítica consigo misma.
2.- No permitir que la apariencia sea el asunto principal de su vida. Ha de buscar una causa en la que creer, una afición o actividad que le guste.
3.- Hablar sobre sus sentimientos. Para vencer la actitud de autonegación.
4.- Aprender a ser más firme al satisfacer sus necesidades. Cuidarse no es ser egoísta.



LOLA MAYO

Psicoterapeuta

Frena al autoritario



Defiéndete de sus chantajes y amenazas


El autoritario trata de imponer  sus opiniones y sus decisiones a otros sin tener en cuenta para nada sus emociones o preferencias. Las personas que ejercen este tipo de comportamiento sólo se ocupan de sí mismas, de sus propias necesidades. Lo que los demás piensan no cuenta, no es algo que deban atender. En todos los grupos suele haber un autoritario; no es que esta persona persiga hacer mal a los demás de forma intencionada, en absoluto, lo que ocurre es que cree estar conduciendo al grupo por el camino más apropiado. Por eso cuando recoge quejas no las atiende, reprochando a sus amigos la falta de agradecimiento por lo que hace. Utiliza la amenaza y el chantaje, y se sirve de explosiones emocionales para someter a los demás. Se muestra partidista, proteccionista y caprichoso, por lo que concede favores sólo a aquellos que les son fieles, pero no a los que les plantan cara. ¿Qué hacer para no someterse al autoritario? No estás condenado a aguantarlo. Utiliza el estilo autoafirmativo para defender tus intereses sin entrar en conflicto con él. Esto es, deja claras tus posturas ante los acontecimientos o decisiones que el autoritario pretenda imponerte. Cuando sepa que a ti no puede dirigirte, cambiará de presa.


viernes, 14 de diciembre de 2012

Abrazos, besos y vida


Nos abren al otro y refuerzan la salud


Cada uno de nosotros fue concebido entre besos y abrazos, y saludando al llegar a este mundo con abrazos y besos que aportaron a nuestra piel no solo afectos sino también la flora bacteriana del grupo familiar. Como otros muchos animales de sangre caliente, el ser humano necesita el abrazo para mantener ciertas constantes biológicas y ambientales, y estabilizar su microflora. Los animales que viven solitarios, sin acercamiento a otros animales, enferman más, son más débiles y vulnerables, y mueren más jóvenes.

Se dice que el mejor remedio para un niño con problemas es el contacto directo con la piel de la madre. Un abrazo grande, poder mamar o recibir el beso de la madre probablemente resuelven el 99% de los problemas de cualquier lactante.

Puede parecer raro que la vergüenza y el pudor lleven a controlar el contacto físico. El olor y la atracción también crean barreras. A veces avisan de que el otro no siente afecto por nosotros o de que nos irá mal si nos acercamos a él o a su familia. Se pueden dar besos o abrazos por sms o correo electrónico, pero otra cosa es darlos de verdad cuando la persona está delante.

Las inhibiciones de besar o abrazar pueden obedecer también al miedo, que avisa del peligro de acercarse a alguien. Otras veces es el olfato el que advierte de que hay grupos bacterianos no convenientes.

Es ingente la cantidad de datos que el ser humano procesa de forma espontánea para saber si una persona le cae bien y puede abrirle los brazos y ofrecerle sus besos. Cuando esta situación se da, el cuerpo es capaz de recibir y dar salud, calor, afecto y bacterias que irán de mano en mano con el apretón y de boca en boca con cada beso.

Compartir emociones

La necesidad de contacto físico parece acentuarse en momentos de catástrofe o de triunfo. Nos acercamos a echar una mano en un accidente o una inundación, y un gol lo celebramos con besos y abrazos. Esos contactos refuerzan el sentimiento de pertenencia al grupo y el bienestar que este genera.

La relación del grupo se mantiene con el contacto, que da fuerza, vigor y sentido de unión. Cuando no hay seguridad en las emociones, se prefiere poner la tele y vivir las emociones de otros.

Si la medicina del niño son los besos y abrazos de su madre, en la medicina del adulto los médicos pueden utilizar la mano que palpa, explora o masajea, el toque de ánimo o el toque terapéutico. Con ellos aumentan la calidez y la calidad de los cuidados, y estos se vuelven, por supuesto, más efectivos.

Recomendaciones

Cuando uno se acostumbra a la soledad, se hace más difícil volver a compartir las caricias, los abrazos y los besos. Es importante recuperarlos en el grupo familiar.

Del contacto pueden salir el afecto o la lucha, pero aun si sale la lucha y esta es de cuerpo a cuerpo, los luchadores acabarán siendo amigos con más facilidad que si se interponen los cuchillos o las pistolas.


Dr. Pablo Saz

Médico, autor de numerosas obras,
trabaja como investigador y docente
en la Universidad de Zaragoza.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Combatir el invierno con luz


La fototerapia es una interesante técnica para los depresivos estacionales

La llegada del invierno y adaptarse cada vez  más a menos horas de sol es para muchos sinónimo de depresión, pues existen personas que sufren el llamado trastorno afectivo estacional. Se estima que el 20% de la población padece esta forma de depresión en diferentes grados: en un 6% de los casos es muy invalidante y en el 14% restante es más leve. En general, los síntomas de este mal son tristeza, pérdida de energía, disminución del impulso sexual, descenso de la actividad diaria e incluso un aumento de apetito, con especial predilección por los carbohidratos y los dulces. Por ello, para estas personas se recomienda la fototerapia, un tratamiento a base de cajas de luz brillante, creación de Norman Rosenthal, profesor de Psiquiatría de la Universidad De Georgetown, en EE.UU. Media hora diaria expuestos a la luz les ayudaría a superar el invierno hasta la esperada primavera.


martes, 27 de noviembre de 2012

Los animales como espejo

Nuestro animal de compañía más querido puede llevar a cabo acciones que nosotros reprimimos. Son auténticas esponjas emocionales; fijándonos en sus reacciones nos conoceremos mejor.


Un animal de compañía puede ser nuestro espejo y, de este modo, revelarnos cosas sobre nosotros. Según el doctor Joël Dehasse, veterinario conductista en Bruselas, no es que el animal pueda ser un espejo, sino que lo es. "Al vivir con un animal de compañía aprendemos a conocernos a nosotros mismos", afirma.

Su hipótesis es que el animal doméstico, el que vive con nosotros, refleja una imagen de nosotros mismos, los humanos, en tanto que especie y en tanto que individuos. En el libro Los secretos de los psicólogos, editado por Christophe André (Paidós), Dehasse afirma que, a menudo, el rasgo de carácter que el propietario no soporta en su animal es también el que no soporta de sí mismo. No nos, gusta por ejemplo, que nuestro gato sea tan tozudo. En estas circunstancias, según este veterinario belga, la pregunta que deberíamos hacernos es la siguiente: si no soporto tal emoción, tal sentimiento, ¿qué es lo que eso dice sobre mí?

Los animales, según Dehasse, también son un espejo colectivo. El hombre ha hecho al animal a su imagen, sobre todo en el caso del perro. "El gato a escapado durante mucho tiempo a la influencia del hombre; se ha autodomesticado, pero la gran mayoría de los miembros de su especie ha conservado su autodeterminación". En cambio, por lo que se refiere al perro, el hombre "lo ha tomado como esclavo, como él mismo es, en cierto modo, esclavo de la sociedad. La jerarquía de poder ha sido siempre el primer y único modelo utilizado por el hombre con el perro. El hombre recupera, a expensas del perro, un poco de la autoridad, del poder que ha perdido frente a la sociedad (cultura, religión)".

El autor propone cambiar este modelo en beneficio de otro más respetuoso con la esencia del perro, y se pregunta hasta qué punto, si tratáramos de otro modo al perro, nos trataríamos a nosotros mismos de manera diferente.

En su consulta, Dehasse analiza a diario conductas de animales de compañía que dicen mucho de sus amos. Explica el caso de una señora de 50 años que fue a contarle que tenía un problema con su perro: el animal era muy cariñoso con todo el mundo, pero agresivo con la madre de ella. "¿Solo con su madre?, le preguntó él. "Sí, solo con ella", respondió. "¿Qué siente usted por su madre?", le preguntó el doctor. "La odio, ¡pero nunca se lo mostraría!" "No hace falta", concluyó el doctor Dehasse, "¡el perro lo hace por usted!".

Los animales a veces ofrecen mensajes que deberíamos escuchar. ¿Por qué esa señora sigue frecuentando a una madre que detesta? ¿Por qué no habla de sus sentimientos de odio o de rabia hacia ella? Los perros, los animales, captan micro señales conductuales involuntarias; son esponjas emocionales, según el autor.

A veces, estas señales no pueden ser argumentadas mediante la razón, como escribió Rupert Sheldrake en su famoso libro De perros que saben que sus amos están camino de casa (Paidós). Es el caso de gatos que responden al teléfono cuando llama una persona a la que están muy unidos. O animales que anticipan terremotos o que son capaces de regresar a su hogar a pesar de estar perdidos a centenares de kilómetros de distancia. Sus capacidades de percepción van más allá de cualquier capacidad racional.


GASPAR HERNÁNDEZ
Periodista y autor de varios libros:
El silencio, El oficio de vivir bien y
El arte de vivir bien

Eliminar tensiones que nos bloquean


Una técnica para descargar miedo y tristeza


Practicando la biorrespiración podemos localizar y eliminar tensiones de nuestro cuerpo, así como sentimientos profundos bloqueados a lo largo de nuestra vida. La característica fundamental de la biorrespiración es que no se retiene el aire, no se hacen pausas. Se empieza con inspiraciones y expiraciones forzadas completas, cada cual a su ritmo, preferiblemente por la boca. Poco a poco se impone un ritmo inconsciente; la necesidad de respirar prevalece sobre el deseo de parar. A partir de entonces puede ser necesaria la presencia de un asesor que controle las reacciones, las descargas de tensión o las explosiones emocionales. Las sesiones pueden durar entre media y una hora, y conviene realizarlas en un lugar ventilado, silencioso y suavemente iluminado.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Niños descalzos, más inteligentes


La expresión "más contento que un niño con zapatos nuevos" ha perdido vigencia: los niños de hoy tienen varios pares, incluso los bebés. No obstante, ir descalzos, especialmente antes de saber andar, sigue siendo una buena costumbre. A los beneficios físicos conocidos se añade otra ventaja: el desarrollo intelectual. Lo dice no solo un estudio sino varios de ellos, recopilados en un artículo publicado por Isabel Gentil, profesora de la Escuela de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad Complutense de Madrid. Al parecer, los niños y niñas que va a menudo descalzos tienen una maduración más temprana, y ven favorecidos el desarrollo propioceptivo (mayor conciencia corporal) y el desarrollo intelectual. El artículo se publicó en la Revista Internacional de Ciencias Podológicas.


Confía en tu propia intuición


Nicholas Hall, director de la Escuela de Graduados de la Universidad de Stanford (EE. UU.), nos anima en un artículo publicado en la revista Positive Psychology News a poner en práctica su método para rehuir la angustia que suponen las tareas y resoluciones pendientes. Se trata de darse un plazo de tiempo determinado para tomar la decisión y aprender a confiar en nuestra intuición. Una vez tomada la resolución, hay que centrarse en los aspectos positivos de la misma, en los beneficios que nos supondrá y en el tiempo que hemos ganado para disfrutarlos. De este modo, no nos asaltará la duda de si hemos tomado la decisión adecuada y dejaremos de angustiarnos por las tareas que vamos postergando.


martes, 20 de noviembre de 2012

Un plan contra el estigma del parado


Aprovechar el tiempo es clave para lidiar con el desempleo

Crearse un plan de actividades diarias, colaborar en las tareas del hogar y dedicar tiempo a cuidarse a sí mismos y a los que les rodean puede ayudar a las personas que están en situación de desempleo a no caer en la depresión con la llegada de la temporada invernal, lo que los expertos califican el "estigma del parado". Según la agencia de noticias Europa Press, los aspectos que más influyen en el estado de ánimo de un parado son el cambio radical de rutina y su estabilidad emocional, y todo dependerá de que tenga recursos personales, habilidades y competencias para reorganizar cuanto antes un día a día, y así sentirse más estable. Además, se trata de evitar la sensación de perder el tiempo, a la vez que la posible vergüenza de no estar ocupado y sentirse útil. Por ello, los expertos recomiendan a estas personas que se levanten de la cama, envíen currículos, naveguen por Internet en busca de ofertas laborales, contacten con personas que están trabajando y, después, se dediquen a hacer actividades que antes no podían realizar por su situación laboral, como por ejemplo sus hobbies -acordes con su situación económica-, así como a estar con su familia y amigos. Se trata, al fin y al cabo, de que la persona se sienta útil aportando cosas de valor tanto a sí misma como a su familia. La adaptación a la nueva situación es clave.


martes, 13 de noviembre de 2012

Consigue tus metas con perseverancia


Trabajar con tesón y no desmoralizarse ante los fracasos, la clave para triunfar


“Quien la sigue la consigue”, dice el refrán. A la hora de alcanzar nuestros objetivos, la constancia es tanto o más importante que la capacidad y el talento.

Michael Jordan fue expulsado del equipo de baloncesto de su escuela porque el entrenador creyó que no tenía suficientes cualidades; la Universidad de Berna rechazó la tesis doctoral de Albert Einstein por considerarla “irrelevante y fantasiosa”; Woody Allen no logró graduarse en la Universidad de Nueva York por suspender, entre otras, la asignatura de producción cinematográfica… Si cualquiera de estos personajes hubiera desistido en su empeño ante estos primeros fracasos, la humanidad se hubiera perdido su enorme talento.

La fuerza de la insistencia

Y es que, a la hora de conseguir el éxito, no basta únicamente con tener cualidades. Es necesario saber hacia dónde vamos y, sobre todo, tener la constancia necesaria para no arrojar la toalla a mitad del camino, sean cuales sean las circunstancias. Un ejemplo de perseverancia, el inventor Thomas Alba Edison, decía: “Muchos de los fracasos de la vida son de personas que no se dieron cuenta de lo cerca que estaban del éxito cuando se dieron por vencidos”. Se trata, por lo tanto, de mantenerse firmes en un propósito y esforzarse para continuar con lo empezado, a pesar de los fracasos y las adversidades. “Cuando me preguntan el decreto de mi éxito –decía el periodista americano Paul Harvey- siempre digo lo mismo: levantarme cada vez que me caigo”.


APPLE Y COCACOLA, ÉXITO TRAS LOS FRACASOS


Cuando se lucha por un objetivo, lo más probable es que no se alcance el éxito a las primeras de cambio. Muchas empresas iniciaron su andadura con grandes fracasos. Cocacola, por ejemplo, vendió únicamente 400 botellas durante su primer año. La empresa de informática Apple sólo logró colocar 175 unidades de su primer modelo de Mac, el Apple I, ya que los potenciales clientes lo consideraron poco competitivo. En lugar de cerrar el negocio, estos emprendedores lograron aprender de sus fracasos y, con paciencia, ir mejorando sus productos hasta hacerlos 100% competitivos. Si aprovechas los obstáculos para variar tu trayectoria y mejorar tu capacidad, tienes todas las de ganar.


Cómo hacerlo

La perseverancia no es otra cosa que esforzarse de forma continuada. Iniciar un proyecto es fácil y agradable pero, a medida que vamos avanzando, el camino se vuelve tortuoso, por lo que es necesario grandes dosis de tesón y disciplina para poder continuar.

  • Dosifica tu esfuerzo. De nada sirve empezar con la fuerza de un caballo de carreras si nos rendimos ante el primer obstáculo. “No importa lo lento que vayas –decía Confucio- lo importante es que nunca te detengas”. Para ello, no está de más recordar la famosa fábula de Esopo “La tortuga y la liebre”.
  • Enfréntate a los retos sin miedo. Cuando surjan dificultades, mantén la calma y trata de ser positivo/a. Si te desmoralizas antes de tiempo, perderás energía y entusiasmo.
  • Confía en ti mismo/a. Si estás seguro de tus capacidades y de la viabilidad de tu proyecto, será mucho más fácil superar los problemas que se vayan presentando en tu camino. “El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe a dónde va”, decía el autor de “El Principito”, Antoine de Saint-Exupéry.
  • Busca alternativas cuando aparezca un obstáculo insalvable. Puede que llegue un momento en el que encuentres una puerta cerrada. En lugar de darte de cabeza contra ella una y otra vez, es mejor que cambies de estrategia y trates de hacer las cosas de forma diferente.
  • Mantente informado/a. Cuando el proyecto es largo y ambicioso, existe el peligro de aburrirse o desmoralizarse antes de tiempo. Para evitarlo, una buena idea es establecer pequeñas metas. Cada vez que logres una de ellas, lograrás renovar el entusiasmo.
  • Piensa en los resultados. No hay mayor satisfacción en la vida que conseguir aquello por lo que has luchado duramente. Cuando llegues al final de tu camino, te darás cuenta de que todo el sacrificio habrá valido la pena.


TALENTO MÁS CONSTANCIA IGUAL A ÉXITO

Los hombres no se diferencian mucho en cuanto a intelecto –decía el naturalista Charles Darwin-, sólo en ahínco y trabajo duro”. Prepararse a fondo, superar los obstáculos, no desmoralizarse ante el fracaso, ser flexibles, abrirse a los demás… son estrategias que nos ayudarán a conseguir nuestro objetivo.

  • LA BAILARINA INSEGURA. Una joven bailarina aprovechó la visita de un importante coreógrafo para bailar ante él y preguntarle si tenía talento. A los dos minutos de haber iniciado su baile, el coreógrafo le dijo que parara. “Ya es suficiente –le dijo-, no tiene usted las cualidades necesarias para triunfar, es mejor que se dedique a otra cosa”. La joven se desmoralizó tanto que dejó el baile de forma definitiva. Cuando, algunos años después, volvió a coincidir con el coreógrafo, le pregunto cómo había sido capaz de valorar su talento en tan sólo dos minutos. “Ni siquiera le vi bailar –le contestó-, pero si se desmoralizó tan pronto, seguro que nunca hubiera podido lograr su objetivo, por muy buena bailarina que fuera. Le faltaba lo más importante, más importante aún que el talento: el tesón”.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Evitar lo que nos hace sentir mal


Saber lo que ya no queremos hacer en nuestra vida es tan importante como lo que hacemos, asegura Cheryl Richardson, autora del libro The Art of Extreme Self-Care (El arte del autocuidado extremo), no traducido al castellano. Richardson sugiere crear una lista con todas aquellas cosas que no deseamos hacer: no responder al teléfono durante la cena, no usar las tarjetas de crédito si no podemos liquidarlas a final de mes, no participar en habladurías, no volver a mirar programas de televisión que nos sulfuran, decir no a todo aquello que nos hace sentir mal. El objetivo final de esta lista es que te sientas "segur@, protegid@, cuidad@ y libre para dejar aparecer a tu mejor yo", nos dice la autora, que también nos anima a colgar esta relación en un lugar visible y leerla cada día.


martes, 6 de noviembre de 2012

Complejo de Venus


Se denomina "Complejo de Venus" a ese sentimiento afín a toda mujer que es sentirse fea, al menos en parte.

Ninguna está satisfecha con su imagen quizá porque desde niña la han obligado a ser guapa a la vez que la han recriminado presumir de ello, favoreciendo una inseguridad que desvirtúa la realidad.

Influyen los medios de comunicación que muestran cuerpos y caras perfectas. En las comparaciones, inevitables, siempre salen malparadas.

Pero no existen pechos demasiado pequeños o grandes, ni traseros muy planos o redondos. Cada persona tiene sus propias proporciones y estilo.

El cuerpo está bien, pero el modo de mirarlo deja que desear. 


viernes, 2 de noviembre de 2012

Cómo actuar con quien va de mártir


Se deshace en favores,  pero resulta un pesado

Los mártires siempre se ven a sí mismos como víctimas del maltrato de los demás. Sólo ven buenas intenciones en sus acciones, y se sienten sorprendidos y desconcertados ante las reacciones hostiles que provocan con su forma de actuar. Es el caso de los padres que han renunciado a su vida “por sus hijos” o del amigo amargado y protestón que “siempre hace favores y nunca recibe ninguno”.

Pero las intenciones de los mártires no son puramente loables. Se sienten impulsados a hacer sacrificios, los cuales, más que el reflejo de amor o amistad, son una necesidad de colocarse en posiciones insoportables para conseguir atención y aprecio. Deshacerse en halagos, ayudar sin que nadie lo pida, llamar por teléfono a todas horas para preocuparse por ti… todas sus acciones elevan hasta las nubes su capital moral. Sin embargo, a no ser que sean verdaderos santos, lo único que hacen los mártires es provocar una reacción negativa en la gente que los trata, que acaban considerándolos manipuladores, innecesarios y muy poco generosos. Si tienes un amigo que va de mártir:

Hazle ver que el sufrimiento no proporciona ni justificación, ni satisfacción, ni poder. La ayuda que da a diestro y siniestro no le inmuniza de sus errores. 

Admite que le han dado malas cartas en el juego, pero explícale también que puede escoger otras nuevas. Él puede ejercer el control sobre su persona y sus circunstancias. ¡Nada está escrito! 

Ayúdale a perdonarse por su pasado. Recuérdale esta inspiradora frase de Alexander Chase: “Comprender es perdonar, incluso a uno mismo”.

domingo, 28 de octubre de 2012

Superar un rechazo sentimental


Los desengaños amorosos son parte de la vida y si los encaramos, aprenderemos lecciones para construir nuevas relaciones más gratificantes y plenas

El camino para superar un rechazo sentimental no es huir de él sino confiar en que el dolor nos hace crecer. Tampoco hay que instalarse allí; lo justo es aceptarlo. Simplemente, saber que hay momentos que son difíciles y que eso es parte de la vida. Que si nos toca pasar una situación así es parte de nuestro aprendizaje. Tener la entereza de vivirlo dignamente, no engancharnos en culpar al otro ni sentirnos víctimas de la vida. No somos víctimas porque siempre tenemos margen para actuar.

Es bueno aprender de las situaciones para no repetirlas, y la única manera de hacerlo es equivocándonos. Pero si ante el desengaño nos culpamos y nos enfadamos con nosotros mismos, no podremos aprender. Aprender es darnos cuenta, saber cómo son las cosas y aceptar que la vida nos pone en estas situaciones para crecer.

Habrá una recompensa

Si estás en esta situación, date permiso para llorar, busca entornos en los que puedas abrirte con tu dolor. Evita hablar mal del otro o mantener conversaciones en las que te llenes de odio y de enojo. Acepta este desengaño como parte del camino. Respira y confía en que, si las cosas se dieron así, y tú eres capaz de tomarlo como una oportunidad para aprender, debe haber otro amor esperándote como recompensa a tu crecimiento interior.


SILVIA SALINAS
Psicóloga y Psicoterapeuta gestáltica


jueves, 18 de octubre de 2012

El secreto de las personas felices


Hace unos años, los investigadores de una prestigiosa universidad americana desparramaron por el mundo una encuesta en la que pedían a la gente que listasen diez –sólo diez- cosas imprescindibles para alcanzar la felicidad.

El resultado fue sorprendente por lo unánime. La humanidad entera, con independencia de razas y religiones, anhela lo mismo: amor, paz, seguridad, familia, salud, cultura, libertad, suficiencia económica, alimento y buena relación con la naturaleza. Nada de esto puede atraparse con las manos, pero –y ahora viene lo mejor- a todos los humanos, absolutamente a todos, se nos ha dado un pellizco de cada una de esas cosas.

En valorarlo consiste el truco del tipo feliz. El problema surge cuando, en lugar de reconocer y desear lo que tenemos, nos centramos en lo que nos falta. Dejamos entonces de sentirnos ricos y nos convertimos en mendigos.

Así es como el amor se nos agosta poco a poco; la relación con padres o hermanos se enfría; dejamos que la cultura muera a manos de la televisión o la pereza… Cuando no logramos sentirnos afortunados por lo bueno que nos circunda, nos volvemos analfabetos en el agradecer. Así algunos no encuentran más salida que la de fantasear con deseos que quizá no se materialicen nunca; llaman a este estado “felicidad”, sin darse cuenta de que la verdadera felicidad no se sueña sino que se vive.


ALEJANDRA VALLEJO-NÁGERA
Psicóloga y escritora.


jueves, 11 de octubre de 2012

Cómo romper una cadena de rumores


  • No hagas mal uso de la información revelada en un contexto de confianza. Si te la piden, no dudes en responder que no puedes revelarla. En este caso, dirá mucho más de ti tu silencio que tus palabras.

  • No alimentes rumores, pues dañan las relaciones y ocultan intenciones que desconocemos. No transmitas una información si desconoces su veracidad o su procedencia.

  • Evalúa cómo y cuando puedes dar confianza. La confianza depende de todas y cada una de las personas presentes. Aunque en un grupo haya sólo una persona que no sea digna de ella, debes dejar de darla.

  • No hagas correr la voz. La información circula en cadena. Si uno deja de transmitirla, la cadena se rompe. Haz circular toda la información valiosa, pero evita en todo momento hacer circular la que intoxica.

  • Deslígate de los foros que originan las cadenas de rumores. Siempre hay grupos con especial habilidad y dedicación para generar rumores. Si los identificas y los evitas, también saldrás de la cadena de rumores.





Las ventajas de ser sensible



Hasta ahora, la timidez o la indecisión se consideraban atributos negativos. Pero son rasgos de las ‘personas altamente sensibles’, mucho más intuitivas y empáticas.


Si a una persona le afecta especialmente el comportamiento de los demás, le conmueve el arte, le agobia hacer muchas cosas en poco tiempo, se considera una persona tímida o inhibida… posiblemente se trate de una “persona altamente sensible”, tal y como la define la psicoterapeuta Elaine Aron en su libro El don de la sensibilidad.
Son muchas las personas que, desde su niñez, han tenido que resignarse a que las clasificaran –negativamente- de tímidas, cobardes, vergonzosas, poco decididas o débiles cuando, como explica Elaine Aron, simplemente tienen un sistema nervioso más sensible, y eso las hace actuar de forma diferente a las demás, ni mejor ni peor.
“Tener un sistema nervioso sensible es normal, es un rasgo básicamente neutro. Sucede entre el 15 y el 20% de la población. Significa que usted es consciente de cosas muy sutiles de su entorno, una gran ventaja en muchas situaciones. También significa que se ve abrumado más fácilmente cuando está sometido a un entorno muy estimulante, bombardeado de imágenes y sonidos, hasta que se siente exhausto y con el sistema nervioso alterado. Tiene sus ventajas y sus inconvenientes”.

Cualidades positivas

Ser altamente sensible, por tanto, no es un rasgo natural, no es un problema ni una imperfección. Sin embargo, es conveniente que estas personas se miren a sí mismas bajo una luz positiva, ya que la sociedad tiende a valorar a los decididos y extrovertidos. De hecho, esta sensibilidad extra les permite percibir mejor los errores y evitarlos, tener mayor capacidad de concentración y precisión, mayor intuición y más empatía, entre otras muchas cualidades. Eso sí, deben descansar más y realizar actividades tranquilas y relajantes más a menudo.


martes, 25 de septiembre de 2012

Cómo evitar las falsas expectativas



  • Asegúrate de que captas lo que la gente te dice. No interpretes las palabras de los otros ni tampoco sus silencios. Si algo no te queda claro, pide  que sean más explícitos.

  • Deja claro tu mensaje. No des pie a que malinterpreten tus palabras. No dejes cabos sueltos y verifica que el otro ha entendido exactamente lo que querías decir.

  • No esperes de los demás ciertos comportamientos. Lo que tú harías en una circunstancia concreta no debe ser la referencia para lo que esperas que hagan los demás.

  • No responsabilices a los demás de tus decepciones. En muchos casos, el problema no está en lo que los demás han hecho, sino en lo que tú creías que deberían hacer o te habías imaginado que harían.

  • Aprende a sustituir tus expectativas por ilusión. Si sientes ilusión por algo, te gustaría que ocurriese  pero conoces  y aceptas la posibilidad de que no ocurra.

  • Sé consciente de que no hay ninguna certeza de que se cumplan tus expectativas. Evitarás el riesgo de sentirte decepcionado.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Abrazos contra el estrés


Un día estresante puede contrarrestarse con el amor de una pareja. Una investigación de la Universidad de Toronto ha demostrado los beneficios de algo tan simple pero tan hermoso como recibir un abrazo del ser amado al final de la jornada laboral. Los participantes del estudio habían estado viviendo en pareja durante los seis meses previos a la investigación, y se les encuestó sobre la intensidad del vínculo en su relación. Durante el experimento, se  monitoreó la presión sanguínea de los participantes a lo largo de las 24 horas de un día laboral, y se evaluó el nivel del estrés al que les exponía su trabajo. Los resultados fueron sorprendentes: en aquellos que al llegar a casa después de la jornada laboral recibían el apoyo y los mimos de su pareja se reducía tanto la presión arterial como los niveles de estrés.

martes, 18 de septiembre de 2012

La actitud que cura



La fuerza de la mente puede reducir la intensidad del dolor y propiciar  la auto curación del organismo


La sensación del dolor es más o menos intensa no sólo en función del mal que se padece sino de cómo afrontamos ese dolor. Una investigación del Centro Médico Baptista de la Wake Forest University (EE UU) ha demostrado que tener bajas expectativas sobre un dolor inminente puede reducir la percepción del mismo. Así la intensidad del dolor experimentada por un paciente disminuye o aumenta en función de lo que éste espera sentir. El doctor T. Koyama, uno de los responsables del estudio, afirma que “una actitud positiva permite reducir hasta un 28% la percepción del dolor de forma similar a lo que hace la morfina”. De este modo, tener pensamientos positivos acerca del dolor puede alterar la forma en que el cerebro lo procesa.

Por qué cura el placebo

Este no es el único estudio que ha abierto puertas al tema del poder de nuestra mente para mitigar el dolor o incluso incidir en la curación de ciertas enfermedades. Otra investigación realizada por el equipo Jon-Kar Zubieta, de la Universidad de Michigan (EE UU) ha demostrado que el placebo puede aliviar el dolor, no por simple sugestión, sino porque activa las endorfinas, unas hormonas que actúan como sustancias analgésicas naturales del organismo.

Curación natural

El placebo es un fármaco sin propiedades curativas –por ejemplo una simple pastilla de azúcar- que, en experimentos farmacéuticos, se da a una persona asegurándole que le curará. Hasta ahora se creía que el poder de sugestión era el único responsable de las curaciones por el efecto del placebo. Pero ahora se ha comprobado que si el placebo se administra junto a una sustancia que bloquea la producción de endorfinas, la “curación natural” no se produce. Aunque aún queda mucho camino por recorrer en esta línea de investigación, lo que a estas alturas parece innegable es la estrecha relación entre el cuerpo y la mente en cuestiones de salud.


viernes, 14 de septiembre de 2012

¿Quieres ser más feliz? Olvídate de ser perfecto


Ser demasiado perfeccionista conduce a la aparición de estrés, ansiedad y trastornos alimentarios. Los expertos recomiendan fijarse metas realistas y entender que los errores son oportunidades para crecer como personas


“Lo más liberador es que te gusten tus imperfecciones”. Esta frase de la escritora Virginia Wolf podría resumir las conclusiones a las que han llegado los doctores Martín M. Antony y Richard P. Swinson, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de McMaster, en Hamilton (EE UU), para quienes la actitud excesivamente perfeccionista está asociada a una mayor presdisposición a padecer depresión, ira incontrolada, preocupación, y ansiedad social. La razón radica, según los expertos, en las elevadas autoexigencias a las que se someten las personas demasiado perfeccionistas. A estas personas, la posibilidad de cometer un error les produce un gran temor al fracaso, síntomas de ansiedad y un gran sentimiento de inutilidad. Las consecuencias son entre otras una baja autoestima y todo tipo de trastornos alimentarios.

Ser menos exigentes

Antony y Swinson aseguran que mediante una serie de estrategias y pautas de conducta es posible “desactivar” esa tendencia al perfeccionismo excesivo, minimizando la angustia y consiguiendo una autoevaluación positiva. Marcarse unas metas realistas, que respondan a los deseos y necesidades particulares, y fijarse unos límites de tiempo para cada proyecto son algunas de las propuestas de los expertos para frenar el exceso de autoexigencias. También es muy importante cambiar los pensamientos negativos y catastróficos respecto a la posibilidad de cometer errores por una sana aceptación de nuestras equivocaciones. Además, se recomienda establecer prioridades, diferenciando lo que es importante de lo que no lo es, y evaluar el éxito no solo en función de los logros sino de lo que se ha disfrutado en alcanzarlo.

Aceptar los errores

Pero lo esencial es ser indulgente con uno mismo y aprender a considerar los puntos débiles como limitaciones propias de cualquier ser humano. Todas éstas son conductas que permiten cometer errores sin sentirse culpable y entenderlos como “pistas” que nos indican dónde podemos incidir para mejorar.


martes, 11 de septiembre de 2012

Más creatividad en la vida diaria



Introducir pequeños cambios en nuestra rutina cotidiana es una buena forma de activar la mente y estimular la aparición de ideas positivas.


La repetición de los mismos hábitos cotidianos a la larga, puede conducir a algunas personas a sentirse bloqueadas mentalmente o a una disminución de su creatividad. Según la psicóloga Linda Kaplan, realizar actividades novedosas respecto a nuestra rutina supone una importante gimnasia para el cerebro, que le permite despertarse de este estado de aletargamiento. En la misma línea, una serie de investigaciones de la Universidad de Duke (EEUU) ha comprobado que los cambios producidos en las zonas cerebrales sometidas a determinados estímulos son distintos cuando la persona realiza una tarea o gesto por primera vez que cuando éstos forman parte de su rutina.

Cambios muy simples

Estos estudios han demostrado que no hay nada mejor para desbloquearse que introducir algunos cambios en la rutina diaria. Someterse a experiencias distintas crea nuevas vías cerebrales para procesar la información, lo que propicia la aparición de ideas. Según Kaplan, no se trata de romper totalmente con nuestra rutina, sino de ir introduciendo poco a poco cambios que fuercen al cerebro a trabajar de una forma novedosa en vez de la habitual: “Optar por una nueva ruta para ir al trabajo o escuchar una emisora de radio distinta puede ser determinante para desbloquear la mente”.

Mente despierta

Otras fórmulas efectivas para estimular el pensamiento son involucrar uno o más sentidos en un contexto nuevo, como comer con los ojos cerrados, ejercitar otro idioma o hacer la compra en un establecimiento distinto al habitual. Con ello se consigue que nuestra mente se mantenga despierta y, además, que tenga mayor capacidad de generar ideas positivas.


sábado, 14 de julio de 2012

Técnicas para superar la timidez


Abrirse a los demás, la clave para ganar confianza


Todos, en mayor o menor medida, tenemos un cierto grado de timidez. Se trata de un rasgo de carácter que nos permite ser prudentes y discretos pero que, si resulta excesivo, puede limitarnos.

No deja de ser sorprendente que personajes tan relevantes como la escritora Agatha Christie o el científico matemático Albert Einstein tuvieron un gran problema de timidez, rasgo que no les impidió triunfar en sus respectivos campos. Si otro gran tímido, Mahatma Gandhi, fue capaz de conseguir la independencia de la India sin otra arma que su firmeza de carácter y su perseverancia… ¿qué te impide conseguir tus objetivos en la vida, por tímido/a que seas?


No siempre es un rasgo negativo


En primer lugar, hay que tener en cuenta que la timidez no es un defecto. Los tímidos suelen ser personas prudentes y educadas, lo que les ayuda a ser aceptados socialmente. Según la psicóloga Pilar Valera, autora del libro “Tímida-mente”, atraen a los demás por su capacidad de “escuchar bien y ser sonrientes y discretos”. Además, la introversión característica de estas personas les hace ser más creativos y originales. El problema surge cuando este exceso de prudencia les impide llevar la vida que desearían o les produce sufrimientos o ansiedad. En estos casos, hay que tomar conciencia del problema y actuar.


UNA MENTE MÁS REFLEXIVA Y COMPLEJA


Una universidad estadounidense ha realizado un estudio sobre el funcionamiento cerebral de las personas tímidas, obteniendo estos interesantes resultados.

  • MÁS PROFUNDOS. Ante estímulos visuales (fotografías, etc.) el cerebro de las personas tímidas no se limita a la percepción visual, sino que elabora la información de una forma más profunda.
  • MÁS CREATIVOS. Al emplear más tiempo en la toma de decisiones, están más predispuestos a la reflexión y a la creatividad.


Lánzate a la vida


No se trata, por lo tanto, de cambiar tu personalidad, sino de aceptarla y actuar en consecuencia.

  • Acéptate tal como eres. El tímido se angustia más intentando ocultar su vergüenza que afrontándola directamente. Para romper con este círculo vicioso, es conveniente reconocer este problema y hacerlo partícipe a los demás. Tal como afirma el psicólogo Giorgio Nardone: “La fragilidad declarada se convierte en fortaleza”. Si te aterra hablar en público, por ejemplo, la mejor forma de iniciar tu discurso es reconociéndolo: “Soy una persona tímida –puedes empezar-, pero intentaré hacerlo lo mejor posible.”
  • Evita el “autosabotaje”. Para el tímido, no hay peor enemigo que sí mismo. Ideas como “lo mío no le interesa a nadie”, “seguro que haré el ridículo”, “lo más probable es que me equivoque”, etc. Le bloquean y predisponen al fracaso. Para anularlas, lo más eficaz es sustituirlas por muletillas del tipo “todo el mundo se equivoca”, “soy capaz de hacerlo”, etc.
  • Gana autoconfianza. Pensar que los demás son mejores que tú no sólo es una idea falsa, sino que, además, te impide actuar con seguridad. Para evitarlo, debes revalorizarte, concediendo más importancia a tus virtudes que a tus defectos.
  • Decídete y actúa. Las personas tímidas se caracterizan por un exceso de reflexión. Pensar bien las cosas es un rasgo muy positivo pero, si se hace en exceso, puede resultar paralizante. “Mientras el tímido reflexiona, el valiente va, triunfa y vuelve.”, reza un proverbio griego.


APRENDE A RELACIONARTE CON LOS DEMÁS


El escritor Jorge Luis Borges era tan tímido que siempre que debía hablar en público, era su amigo, el poeta Oliverio Girondo, quien lo hacía en su nombre. Pero, según recomienda el psicólogo Robert S. Weimberg, lo que hay que hacer en estos casos es enfrentarse al problema: “Mirar a los ojos de los interlocutores, no huir, quedarse en el grupo, hablar de algún tema, sonreír… No se trata de tener valor para hablar –continúa-, sino de hablar para tener valor”.

  • TRATA DE SALIR MÁS. En lugar de encerrarte en ti mismo/a o limitarte a salir únicamente con las personas con las que tienes confianza, aprovecha cualquier oportunidad que se te presente para relacionarte con los demás y conocer gente nueva. De esta manera podrás aumentar tus habilidades sociales.
  • CONVERSA CON LOS QUE TENGAS A TU ALREDEDOR. Para perder el miedo a hablar, no hay otra técnica mejor que esforzarse en hacerlo. Puedes empezar hablando tú solo/a en casa, delante de un espejo y, a medida que vayas sintiéndote más seguro/a, entablar conversaciones en las tiendas, en el ascensor, en tu lugar de trabajo, etc. Al final, acabarás por disfrutar de ello.
  • HAZ UNA LISTA DE TEMAS. Si no sabes que decir, prepárate con anterioridad temas que puedan resultar interesantes. Los sucesos de actualidad o el tiempo son buenos recursos, sin embargo, si prefieres algo menos estándar, puedes interesarte por las aficiones, gustos o planes de la otra persona.
  • ATRÉVETE A DISENTIR. Para caer bien a los demás, no hay que limitarse a decir “sí” a todo. Atrévete a defender tus ideas, aunque sean contrarias a las de tu interlocutor. De lo contrario, te sentirás inferior a él.


martes, 26 de junio de 2012

Aceptar las críticas


Son un estímulo para el desarrollo personal, siempre que aprendamos a realizarlas y encajarlas. 

 Tienen mala fama, posiblemente porque estamos más acostumbrados a su faceta destructiva que a su aspecto enriquecedor. Pero sin esa capacidad para ver el lado menos favorable de las cosas nos privamos de la tensión que nos permite mejorar. 

 Sabemos que casi siempre es mejor expresar con tacto lo que nos desagrada que callarlo y dejar que el resentimiento crezca, pero primero hay que aprender a expresar y recibir las críticas. El objetivo de una crítica suele ser promover un cambio, sin embargo, a menudo no surte el efecto deseado. Si queremos que nuestro mensaje sea escuchado, es necesario emitir un juicio sin herir la estima de la otra persona, y eso no siempre es fácil. Es importante, en este sentido, respetar siempre el valor de la otra persona. La crítica que se utiliza como manipulación, para que los demás se adecuen a nuestros deseos, para descargar nuestra rabia o frustración, o para reafirmarnos como superiores supone menospreciar al otro y produce efectos nefastos.

 Para evitarlo, podemos empezar cualquier crítica con un reconocimiento sincero de las virtudes o de lo que nos aporta la otra persona. En ocasiones resulta útil indagar qué necesidad propia se esconde tras la crítica para poder expresarla de un modo personal, hablando de cómo nos sentimos o qué necesitamos, en lugar de acusar. Otra buena táctica es especificar al máximo lo que nos disgusta sin generalizar sobre toda la persona. Así reducimos la probabilidad de ofenderla y aclaramos nuestra demanda.

 Sin miedo al rechazo 

 Uno de nuestros mayores miedos es el temor al rechazo y, por eso, a menudo nos cerramos ante las críticas. Sin embargo, aunque podemos rechazar la imagen de nosotros mismos que nos ofrecen los demás, si lo hacemos, nos empobrecemos. Cuando existe una base de confianza y respeto, tanto los elogios como las críticas sirven como impulso de mejora.



CRISTINA LLAGOSTERA
  Psicóloga y Psicoterapeuta   

martes, 19 de junio de 2012

Los principios de la sinceridad




  1. La sinceridad es cosa de dos. Deja de ser virtud cuando no se tiene en cuenta al otro.


  1. Cuando decimos “te lo tengo que decir”, es probable que malinterpretemos la sinceridad. Nos quedamos más tranquilos, pero seguramente no ayudamos al otro.


  1. La crítica no es sinceridad, es juicio. Es importante distinguir entre lo que es hacer una observación, “te digo lo que percibo sin decirte lo que me parece” y emitir un juicio, “te digo lo que opino sobre lo que percibo”.


  1. Los juicios muestran nuestra no-aceptación del otro. Nos convierten en “denunciantes” de los errores del otro y, por lo tanto, en pésimos compañeros de viaje.


  1. Aceptar no significa estar de acuerdo. Todos tenemos nuestros valores. Aceptar es: “Yo te acepto con tus valores, en el especial momento de tu desarrollo personal”. Sólo quien nos acepta nos ayuda a crecer.


  1. Administrar la sinceridad significa valorar dónde se encuentra el otro y qué puede o no puede recibir. Significa preguntarse en cada momento qué efecto producirá en el otro lo que yo vaya a decirle.


  1. En nombre de la sinceridad podemos herir al otro. Esta es sin duda la manera más eficaz de mantener la distancia con los demás. Cuando el otro no está preparado para recibir nuestra sinceridad pueden abrirse grandes brechas entre nosotros.