sábado, 21 de abril de 2012

Convierte la queja en una motivación



El descontento puede esconder un deseo insatisfecho, escúchalo

Detrás de frases como “¡Qué fastidio!”, “no lo soporto, otra vez con lo mismo”… se oculta una insatisfacción: ¿necesitas escaparte de la rutina?, ¿tomarte las cosas más a la ligera? Aunque no lo parezca, evitar que eso que tanto te saca de quicio deje de enojarte sólo depende de ti.

Platón estaba convencido de que hay dos formas de inconformismo: uno activo, que ayuda a avanzar, y otro indolente y plañidero, que estanca a la persona. Si bien el primer impulso cuando algo no sale como queríamos es quejarnos, conviene superar esa reacción automática cuanto antes. Sólo así podrás pasar página, si es que se trata de algo sin importancia –sufrir un atasco, haber perdido algo, etc.-, o encontrar la solución a todos tus lamentos –te falta tiempo para ti, no encuentras tu sitio, etc.-. El descontento es el primer paso en el progreso de un hombre”, decía el genial escritor Oscar Wilde.

El origen del malestar

Parafraseando el refrán: dime de qué te quejas y te diré cómo eres. Descubre, a continuación, lo que se esconde detrás de cada una de tus protestas.

  • La raíz del conflicto. Todo lamento implica en sí mismo un deseo de cambio. Cuando tus quejas se dirijan demasiadas veces hacia un mismo terreno –la pareja, el trabajo, tu familia, tus vecinos, etc.-, intenta sacar conclusiones y atender esa necesidad como se merece. De esta forma, la queja no sólo te traerá el reconfortante consuelo de los tuyos sino también la llave que cerrará la puerta a futuras frustraciones.

  • Recapacita. ¿Te quejas constantemente de que tus esfuerzos no tienen recompensa? Tal vez estás poniendo demasiada carne en el asador y tu depósito de energía vital está bajo mínimos. ¿Qué estás cansado/a de hacer siempre lo mismo? Tal vez necesites introducir el factor sorpresa en tu vida. ¿Qué la gente no te valora lo suficiente? Tal vez la única aprobación que necesites sea la tuya. Sólo se trata de desenmascarar el conflicto y de afrontarlo.


DÓNDE ESTÁ EL LÍMITE: ¡BASTA DE “TERRIBILITIS”!

La queja tiene sus funciones. El llanto del bebé llama la atención de sus padres –“quien no llora no mama”, que dice el refrán-, una queja constructiva en el trabajo o en casa puede hacer que recibas esa ayuda que tanto necesitas. Pero todo tiene un límite.

  • SIN DRAMATIZAR. El psicólogo Rafael Santandreu, autor del libro “El arte de no amargarse la vida”, considera que la mayor parte de los problemas emocionales –la angustia, el desánimo, etc.- “son el resultado de esa tendencia a calificar de terribles cosas que no lo son”. La mejor medicina contra ese mal hábito es relativizar: decir “¡basta de terribilitis!” y saber diferenciar entre lo que es una decepción de lo que es una tragedia. “Si tu mal tiene remedio, ¿por qué te quejas? Si no lo tiene, ¿por qué te quejas?”, reza un proverbio oriental.
  • SIN EXIGIR. Muchas veces, nos quejamos porque nuestras expectativas no se están cumpliendo. Ante eso, lo mejor que podemos hacer es bajar el listón y aceptar las cosas tal y como vienen, algo que denotará gran madurez por tu parte. “Las personas más vulnerables emocionalmente están llenas de exigencias –afirma Santandreu- y cuando éstas no se cumplen se enfadan”. La clave, según el terapeuta, está en no pedir demasiado a la vida.


Reconduce la situación

  • En la senda del equilibrio.Aprobarlo todo suele ser ignorancia; reprobarlo todo, malicia”, afirmaba el escritor Baltasar Gracián. Hay épocas en las que uno puede estar más “crítico con el sistema”, pero intenta que eso no inunde tus pensamientos de pesimismo o afecte a tu relación con los demás. Las personas que se quejan por vicio no tienen muy buena prensa porque suelen ser algo quisquillosas y negativas.
  • La mejor táctica. Quejarse es inútil, una pérdida de tiempo”, suele decir el científico Stephen Hawking. Cuando algo te irrite –la impuntualidad de un amigo, la falta de tacto de un familiar, etc.-, piensa en las posibilidades que tienes a tu alcance para resolver la situación. Para que esta táctica funcione es requisito imprescindible que la solución sólo dependa de ti. En el primer caso, puedes optar por citar a tu amigo media hora antes o aprovechar el tiempo de espera haciendo algo que te guste. En el segundo, intentar que los arranques de sinceridad de ese familiar dejen de afectarte o verlo con menos frecuencia.


NO TE INSTALES EN LA INSATISFACCIÓN

  • DALE LA VUELTA. Haz un esfuerzo por ver el lado positivo de las cosas. “Sólo hay una forma de resistir el frío: estando contento de que haga frío”. Afirmaba Alain, filósofo francés.
  • ADÁPTATE.Haz lo que puedas, con lo que tengas, allí donde estés”, aconsejaba el político Theodore Roosevelt. Asumir la realidad con la máxima entereza posible ayuda a encajar mejor cualquier revés. ¿Sabías que el ser humano se enfrenta a una media de 20.000 pequeñas adversidades a lo largo de su vida?
  • ¿COSA DE LA FORTUNA? Intenta no maldecir en exceso tu supuesta mala suerte. Puede haber alguien a tu lado que te recuerde lo que dijo José Ingenieros, psicólogo argentino, en una ocasión: “Los que se quejan de la forma como rebota la pelota, son aquellos que no la saben golpear.

sábado, 14 de abril de 2012

Resuelve tus conflictos internos


Cómo encontrar el equilibrio entre lo que debes y lo que quieres hacer

A la hora de decidir tu actitud ante la vida, es normal que dudes entre varias opciones. Para evitar que estas divergencias comprometan tu equilibrio, aprende a negociar contigo mismo/a.

Seguro que te ha pasado en más de una ocasión. Sabes, por ejemplo, que debes ir al gimnasio pero, te da tanta pereza hacerlo que, al final, te quedas en casa. Pero lo peor de todo es que, en lugar de disfrutar del descanso, no haces más que darle vueltas a la cabeza con pensamientos como “no he hecho lo correcto”, “no tengo fuerza de voluntad”, “como siga así voy a acabar con sobrepeso”, etc. Y es que, dentro de cada ser humano, hay dos o más voces que pueden estar en conflicto.
Mirar las cosas desde varios puntos de vista no es nada negativo, sino todo lo contrario. “La duda –decía Jorge Luis Borges- es uno de los nombres de la inteligencia”. El problema surge cuando ese conflicto se hace tan patente que nos provoca confusión y nos impide llevar a cabo la vida que queremos.

Llegar a un acuerdo con uno mismo

Para que esto no ocurra, es conveniente restablecer el equilibrio y tomar decisiones de forma coherente con nuestros verdaderos intereses. Se trata, simplemente, de aprender a “negociar” con nosotros mismos para llegar a una conclusión que contente de igual manera a las distintas voces que pugnan en nuestro interior. El primer paso, por lo tanto, será organizar una especie de debate interno donde todas las voces sean escuchadas.

  • Identifica esas voces. Seguro que las conoces muy bien. Las más habituales son “la voz de la conciencia” –ese Pepito grillo que trata de guiarte hacia “el buen camino”- y “la voz maliciosa” –el pequeño demonio que te anima a satisfacer los deseos más inmediatos-. Hay más (“la voz optimista”, “la pesimista”, la emprendedora”, “la cobarde”…) Ponles nombres a todas y sé consciente en todo momento de cuál de ellas está hablando dentro de ti.
  • Valora sus aportaciones en su justa medida. Como ya sabes de qué pie calza cada una de ellas, ya no corres el peligro de creerlas a pie juntillas. Relativiza y quédate tan sólo con lo más útil de cada uno de sus discursos.
  • Busca un punto común con todas ellas. Una vez has escuchado los argumentos de todas las voces, trata de llegar a un acuerdo satisfactorio para todas ellas. Si, por ejemplo, no sabes si ir o no al gimnasio, haz un trato contigo mismo/a (“iré al gimnasio pero, cuando vuelva, me haré una buena merienda y veré una película”). De esta manera, podrás pasar una tarde agradable sin tener remordimientos de conciencia.

“ALIMENTA” LOS ASPECTOS MÁS POSITIVOS DE TU PERSONALIDAD

Un sabio indio describió sus conflictos interiores de la siguiente manera: “Dentro de mí existen dos lobos, uno de ellos es cruel y malo y el otro bueno y dócil. Los dos están siempre peleándose”. Un niño interrumpió su explicación para preguntarle: “¿Y cuál de los dos lobos ganará la batalla?”. Después de pensar durante un largo rato, el sabio contestó: “El que yo alimente”.

  • DESCUBRE TU PERSONALIDAD “10”. Al igual que el sabio indio, nuestra personalidad siempre tiene dos aspectos: uno positivo y otro negativo. “Todos los seres humanos –decía el escritor británico Robert Louis Stevenson- están hechos de bien y de mal”. Una persona muy sociable, por ejemplo, puede resultar muy simpática en ciertas ocasiones y demasiado cargante en otras. Por el contrario, una persona introvertida podrá parecer prudente y cariñosa un día y aburrida otro. La cuestión está, por lo tanto, en intentar explotar el lado más satisfactorio de nuestra personalidad, “alimentarlo”, como hacía el sabio indio, para mejorar como seres humanos y relacionarnos de una forma más coherente y auténtica con los demás.

Una imagen coherente

Los conflictos también se vislumbran en el exterior. Una persona que se debate constantemente en la duda puede ofrecer un mensaje confuso e, incluso, negativo ante los demás.

  • Haz lo que piensas. Te gustaría ser sincero/a pero, por educación o timidez, nunca te atreves a serlo. Te encantaría ser más atrevido/a, pero hay algo dentro de ti que te lo impide… Pon fin, de una vez por todas, con este autoboicot que te impide ser tú mismo/a.
  • Con tu mejor cara. Hay personas que se sorprenden cuando reciben una crítica negativa por parte de los demás (“¿cómo puede llamarme egoísta cuando yo me considero una persona generosa?”). En estos casos, es posible que tus acciones no demuestren tu verdadera personalidad. Reflexiona sobre ello y esfuérzate para ofrecer una imagen que corresponda a la realidad.

CUANDO EL CUERPO “PASA FACTURA”

Las personas que viven en permanente conflicto consigo mismas son proclives a sufrir dolencias como jaqueca, dolor de estómago, molestias en la espalda… En muchos casos estas dolencias son consecuencia de esa lucha interior que libran de forma constante. Abordar estas divergencias internas no sólo ayudará a mejorar nuestro equilibrio emocional, sino también nuestra salud en general.

sábado, 7 de abril de 2012

Supera el pasado, hoy empieza un nuevo día


Pasa página: Eres el único dueño de tu destino

La esperanza de la vida vuelve con el sol”, sostenía el poeta latino Juvenal. Si tienes la sensación de estar anclado en tus recuerdos, ¡rompe las cadenas! El secreto está en apreciar las experiencias vividas, recordar lo bueno y huir de los lamentos.

Hoy es el primer día del resto de tu vida”, recoge un proverbio anónimo. No se trata de que olvides el pasado, sino de que te reconcilies con él para así poder disfrutar de lo que eres y tienes en este momento. “Volver la vista atrás es una cosa y marchar atrás, otra”, decía el ensayista inglés Charles C. Colton.

Atrévete a dar un giro a tu vida

Si el peso del pasado se hace excesivo y te da la impresión de que no avanzas, intenta cambiar de actitud siguiendo estos útiles consejos.

  • Suelta lastre.Las lamentaciones no sirven para nada; entregarse a ellas es perder el tiempo presente por un pasado que ya no nos pertenece”, aconsejaba Abel Dufresne, escritor francés. No hay que vivir sujetos al victimismo como tampoco hay que cargar con el peso del resentimiento. “Una persona resentida se intoxica a sí misma”, advertía el filósofo Scheler. La última regla de oro que te ayudará a romper con el pasado es no culparte por las equivocaciones cometidas o las ocasiones desaprovechadas, puesto que la vida es una enseñanza continua. “Cuando encajamos los errores como algo natural damos un paso de gigante en la conquista hacia la felicidad”, asegura la psicóloga Mª Jesús Álava.

HAZ LIMPIEZA DEL PASADO

Es imposible centrarse en el momento presente si nuestro entorno más próximo está repleto de recuerdos del pasado. No se trata de deshacerte de cosas que para ti tienen valor, pero sí de ordenar, almacenar y prescindir de lo que ya no tiene cabida en tu nueva vida.

  • TU CASA, TU REFUGIO. Nuestro hogar no es sólo el lugar donde buscamos cobijo, sino el espacio donde nos recargamos de energía día tras día. Observa tu alrededor y mira si hay alguna fotografía o recuerdo que, en lugar de ayudarte a seguir tu camino, te impide dar un nuevo paso.
  • RENUEVA EL ESPACIO. Para empezar a ver las cosas de forma diferente, a veces, va muy bien hacer algunos cambios. Esto no significa que tengas que mudarte a otro lugar o redecorar tu casa de arriba abajo, algo que no siempre es posible, pero sí es de gran ayuda pintar las paredes de otro color, reorganizar los espacios, colocar tus libros o tus discos favoritos en un lugar más visible, colgar un cuadro que te inspire, etc.

  • Da valor al aquí y el ahora. “¡Qué tiempos aquéllos!”, solemos exclamar con añoranza cuando rememoramos momentos felices del pasado. Si bien es muy reconfortante revivir esos recuerdos –“uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida”, recoge la letra de una canción de Chavela Vargas-, no desdeñes el presente. “Cuando decimos que todo pasado fue mejor, condenamos el porvenir sin conocerlo”, sostenía Quevedo. Una historia zen recoge el diálogo de un discípulo que le pregunta a su maestro dónde está la verdad. Éste le responde: “En la vida de cada día”. El discípulo replica: “Pero yo no veo ahí verdad ninguna”. “Ésa es la diferencia –le responde su guía espiritual- unos la ven y otros no”.
  • La plena aceptación. Una persona es feliz, explica Antonio Jorge Larruy, investigador del autoconocimiento, “cuando vive plenamente la vida, aceptándola como le viene”. Javier Urra, psicólogo y autor de “¿Qué se le puede pedir a la vida?” considera que ser feliz es fruto de una decisión triple que consiste en asumir el presente, responsabilizándonos de él –no ganamos nada maldiciendo nuestra mala suerte o echando la culpa de nuestro malestar, pena, rabia, etc. a los demás-, en mantener una actitud positiva y en marcarnos pequeñas metas diarias.
  • Retoma el vuelo.La diferencia entre las personas felices y las que no lo son –afirma Jenny Moix, profesora de psicología y autora del libro “Felicidad flexible”- es que las primeras se ponen el sufrimiento en una mochila y siguen mirando hacia delante. A la gente que no es feliz ese sufrimiento la invade, inundando toda su vida”. Convéncete de que tú también tienes derecho a rehacer tu vida y de que hoy es el mejor día para dar ese golpe de timón que te hará cambiar de rumbo.

CÓMO CENTRARSE EN EL PRESENTE

El político Benjamín Franklin afirmaba: “Si el tiempo es lo más caro, la pérdida de tiempo es el mayor de los derroches”. Los expertos no se cansan de repetirlo: para ser feliz hay que vivir el presente.

  • El pasado pasado está.Agua pasada no mueve molino”, dice el refrán. La mejor forma de superar el pasado es dejando de hacer tantas referencias a él. Un ejercicio que da muy buenos resultados es obligarse a hablar en tiempo presente. Sustituye el “yo era” por el “soy”, el “ a mí me gustaba”, por el “me gusta”, etc. Da igual quien fuiste o dejaste de ser, piensa en quien eres y hacia dónde quieres ir.
  • Mira hacia delante. Trata de dirigir toda tu energía emocional hacia la reconstrucción. En lugar de preguntarte “por qué”, algo que sólo te hará dar más vueltas al pasado, intenta analizar “para qué”, es decir, qué lección/es has aprendido. Centra tu atención en todo lo bueno que sucede a tu alrededor, sonríe al máximo y ¡a vivir que son dos días!

martes, 3 de abril de 2012

Cambia de rumbo y haz realidad tus sueños


Estrategias para tomar las riendas de tu existencia y conseguir la felicidad


La estabilidad nos hace sentir seguros pero también puede desmotivarnos y dejarnos sin ilusiones. Para evitarlo, aprende a transformar aquellos aspectos de tu vida que te producen insatisfacción.

La vida está en continuo movimiento. Oponerse a ello es como intentar detener la fuerza de las aguas. Si nos empeñamos en mantenernos siempre en el mismo sitio iremos contracorriente y nuestra vida puede volverse monótona y sin interés. Es necesario valorar el estado de la situación y decidir si es conveniente realizar un cambio de estrategia.

Pasar página para vivir el futuro

Hay aspectos de nuestra vida que se mantendrán inamovibles año tras año, pero hay otros que tienen fecha de caducidad. Prolongarlos innecesariamente es un error, ya que pueden acabar con nuestra alegría de vivir. Empeñarse en mantener el estilo de vida de la juventud, perpetuarse en un puesto de trabajo que no nos satisface, obsesionarse con un antiguo amor… son actitudes que nos harán cometer los mismos errores una y otra vez. Es necesario, por lo tanto, pasar página, desprenderse del pasado y enfrentarse al futuro con ilusión.
Es justamente la posibilidad de realizar un sueño lo que hace que la vida sea interesante”, dice el escritor Paulo Coelho. Y es que trabajar duro para que nuestros sueños se hagan realidad nos hará crecer como personas y encontrar la felicidad.

CÓMO SABER SI LLEVAS LA VIDA QUE REALMENTE DESEAS

Para detectar cuándo una etapa ha llegado a su fin, una buena idea es aplicar este consejo de Steve Jobs:
Durante los últimos 33 años –explicaba el magnate informático- cada mañana me he mirado en el espejo y me he preguntado: ‘Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?’. Y si la respuesta era ‘no’ durante demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo”. Se trata, por tanto, de ser sincero con uno mismo y valorar si realmente vivimos como siempre habíamos querido hacerlo.

Idea más deseo, igual a realidad

Para conseguirlo, no es suficiente con tener grandes ideas. Hay que llevarlas a la práctica. Lo conseguiremos siguiendo estas eficaces estrategias.

  • Prepararse para ello. Para que nuestro cambio de estrategia se haga con éxito, no hay que dejarlo en manos de la improvisación. Es necesario tomarse el tiempo necesario para prepararse bien y hacerlo lo mejor posible. “Sólo es capaz de realizar los sueños el que, cuando llega la hora, sabe estar despierto”, decía es escritor español León Daudí.
  • Ser ambiciosos, pero realistas. A la hora de planear el futuro, hay personas que van paso a paso y otras que prefieren marcarse objetivos más ambiciosos. La clave está en encontrar el equilibrio. “Soy un soñador práctico –aseguraba Gandhi-, mis sueños no son bagatelas en el aire. Lo que yo quiero es convertir mis sueños en realidad”.
  • Persistir en el intento. “A veces navegamos con el viento, a veces en contra; pero debemos navegar, no estar a la deriva, ni echar el ancla”, decía el escritor norteamericano Wendell Holmes. Y es que otro de los aspectos importantes para conseguir el éxito es superar las dificultades y no desanimarse jamás.
  • Cambiar de estrategia. La flexibilidad es una de las características imprescindibles en las personas que han conseguido el éxito personal. Si las cosas no salen como queremos, en lugar de arrojar la toalla, es necesario cambiar de dirección. “No puede impedirse el viento –reza un proverbio holandés-. Pero pueden construirse molinos”.

BORRÓN Y CUENTA NUEVA:
ESTRATEGIA PARA APRENDER A CAMBIAR

Cuando haces limpieza en casa, desprendiéndote de todo aquello que no necesitas para ganar espacio y colocar mejor lo que sí te resulta útil, ¿verdad que sientes un gran bienestar? Pues lo mismo debes hacer con tu vida. De vez en cuando, hay que eliminar todo aquello que lastre tu existencia y que te hace perder energía vital (relaciones negativas, trabajos monótonos, etc.) para así disfrutar mejor de lo que sí te interesa. Te sentirás más ligero/a y a gusto contigo mismo/a.

  • CÓMO HACERLO. Haz una lista con los aspectos de tu vida que no te gustan. No hace falta que sean importantes; desde pasear al perro hasta realizar un trabajo que no te llena. Elige dos de estas cosas, subráyalas y proponte cambiarlas a partir de mañana mismo. Pueden ser las más fáciles de transformar o bien las que más te disgustan, lo que quieras. Una vez hayas elegido, anota la estrategia que seguirás para transformarlos. Si eliges pasear al perro, puedes escribir “pedirle a otro miembro de la familia que lo haga”. Cuando hayas acabado con esos dos aspectos negativos, enfréntate a otros, y así hasta acabar con la lista. Ya verás como, a medida que lo vas consiguiendo, te verás más capacitado para organizarte la vida a tu conveniencia y no a la de los demás.

domingo, 1 de abril de 2012

Libérate de las frustraciones


Es un signo de madurez aceptar la realidad tal cual es

Las cosas no siempre salen como queremos y, la mayoría de las veces, no es por falta de ganas sino porque son muchos los hilos que mueven el mundo y que se escapan de nuestro control. Y ante eso, solamente tenemos dos opciones: enfadarnos o asumir con entereza los contratiempos.

"En la vida hay algo peor que el fracaso: el no haber intentado nada", decía el político Franklin Roosevelt. Visto así, es mejor frustrarse por no alcanzar nuestros sueños, que vivir una vida vacía, sin ilusiones ni retos. De lo que se trata, sin embargo, es de aprender a encajar los golpes tan bien como podamos. Eso no significa que debamos resignarnos o conformarnos con lo que "nos ha tocado vivir". Ni mucho menos. Para no volver a fallar el tiro, bastará con afinar la puntería, acercarnos un poco más al objetivo o bien esperar a que amaine el viento. "Estar preparado es importante, saber esperar lo es aún más, pero aprovechar el momento adecuado es la clave de la vida", aseguraba el dramaturgo austríaco Arthur Schnitzler.

Replantéate tus objetivos

  • Baja las expectativas. Calibrar de lo que somos o no somos capaces es tarea delicada. Si la meta es demasiado alta, la posibilidad de fracasar también es muy elevada”, afirma el filósofo José Antonio Marina en su libro “La inteligencia fracasada”. Ponte a pensar si estás pidiendo demasiado y, si es así, baja el listón. Es como apostar en la bolsa: cuanto más altas sean tus inversiones (tus expectativas), mayor será el riesgo.
  • Busca la lógica.Emprender metas contradictorias –prosigue Marina- produce inevitables fracasos”. Para evitar la decepción, deberás plantearte no sólo sueños alcanzables sino compatibles entre sí: trabajar menos horas es compatible con tu deseo de pasar más tiempo con tus hijos, pero puede ser incompatible con el de ahorrar más dinero. Si te das cuenta de que estás persiguiendo metas imposibles, lo único que tienes que hacer es priorizar: primero una y después la otra. Tal y como recoge el refranero popular: “No se puede estar en misa y repicando”.

Aprende a asumir la realidad

  • Disfruta de lo que eres y tienes. En lugar de sentirte desdichado/a o insatisfecho/a por todo lo que no puedes hacer por falta de dinero, salud, tiempo, contactos, etc. Piensa en cómo puedes sacar el máximo provecho a tu vida con las valiosas herramientas que sí tienes a tu alcance. Si tu mente está ocupada dando vueltas a todo eso a lo que has renunciado por ser madre/padre, tener que pagar una hipoteca, estudiar y trabajar a la vez, etc. La frustración te perseguirá sea cual sea el proyecto que emprendas. “Todo depende de dónde decides poner tu atención: en lo que consigues o a lo que renuncias. Una vez más… tú eliges”, advierte Carlos Odriozola, autor de “Psicología práctica para la vida”.
  • Dirige tu energía. Intenta centrarte en la solución y no en el resultado de tus esfuerzos. Si no quedan plazas libres en ese taller al que querías ir, no te paralices ni maldigas tu mala suerte. Invierte toda tu energía en buscar una alternativa. El plan B, en numerosas ocasiones, acaba siendo mejor que el A porque no depositamos en él tantas expectativas.
  • Fluye con la vida. Nos resistimos y enfadamos con el mundo porque hay algo que no estamos aceptando. Si analizas qué es –que los cambios no llegan cuando más los necesitas, que no tienes poderes para prever el futuro, que no puedes parar la lluvia con un chasquido de dedos, que no está en tu mano cambiar el humor de las personas que te rodean, etc.-, dejarás de nadar a contracorriente.
  • Cambia la actitud. Según la terapeuta Elsa Punset, “cuanto más tiempo vivimos presa de nuestras emociones negativas –ira, frustración, etc.-, más se instalan en nuestra mente”. A veces, nuestra decepción está plenamente justificada, pero si nos quedamos encallados en el victimismo, la injusticia o la impotencia, sólo lograremos aumentar nuestro resentimiento. No lo olvides: no eres responsable de lo que sucede a tu alrededor, pero sí de lo que sientes.
  • No todo está perdido. La decepción nos informa de que nuestras esperanzas no se han hecho realidad, pero nada dice sobre si se van o no a cumplir en el futuro. Así que no renuncies a tus sueños a la primera de cambio. Einstein sostenía que “la diferencia entre el pasado, el presente y el futuro es sólo una ilusión persistente”.

ENCUENTRA TU EQUILIBRIO INTERIOR

¿Quieres empezar a tomarte las cosas con más filosofía? El secreto está en no dejar de creer en ti, pase lo que pase. Las personas que tienen un buen nivel de autoestima han aprendido precisamente a eso: a capear el temporal sin perder la boya que les mantiene anclados en su centro.

  • CAMBIA EL ENFOQUE. ¿Qué el regalo que has hecho con tanta ilusión no ha tenido la buena acogida que esperabas? ¿Qué no has conseguido ese ascenso por el que tanto has luchado? No otorgues el poder de tu vida a los demás ni a factores externos, ajenos a tu voluntad. Si desdramatizas y lo analizas con un poco de perspectiva, llegarás a la conclusión de que no merece la pena dedicar toda tu energía a eso que te está desestabilizando. “La conducta del hombre –decía el psiquiatra y superviviente al holocausto Viktor E. Frankl- no viene dictada por las circunstancias que encuentra, sino por las decisiones que toma”.
  • DA TU BRAZO A TORCER. Nos sentimos frustrados cuando nuestro orgullo, que crece con la aprobación de los demás y siempre quiere salir airoso de cualquier batalla, queda malherido. Las personas que aprenden a aceptar un “no” por respuesta o que saben retirarse a tiempo, aunque sólo sea para planear una estrategia más ingeniosa, tal vez llegan un poco más tarde a la meta, pero en mejores condiciones. “Hay derrotas que tienen más dignidad que una victoria”, aseguraba el escritor argentino Jorge Luis Borges.