Hasta ahora, la timidez o la indecisión se consideraban atributos negativos. Pero son rasgos de las ‘personas altamente sensibles’, mucho más intuitivas y empáticas.
Si a una persona le afecta especialmente el
comportamiento de los demás, le conmueve el arte, le agobia hacer muchas cosas
en poco tiempo, se considera una persona tímida o inhibida… posiblemente se
trate de una “persona altamente sensible”, tal y como la define la
psicoterapeuta Elaine Aron en su libro El
don de la sensibilidad.
Son muchas las personas que, desde su
niñez, han tenido que resignarse a que las clasificaran –negativamente- de
tímidas, cobardes, vergonzosas, poco decididas o débiles cuando, como explica
Elaine Aron, simplemente tienen un sistema nervioso más sensible, y eso las
hace actuar de forma diferente a las demás, ni mejor ni peor.
“Tener un sistema nervioso sensible es
normal, es un rasgo básicamente neutro. Sucede entre el 15 y el 20% de la
población. Significa que usted es consciente de cosas muy sutiles de su
entorno, una gran ventaja en muchas situaciones. También significa que se ve
abrumado más fácilmente cuando está sometido a un entorno muy estimulante,
bombardeado de imágenes y sonidos, hasta que se siente exhausto y con el sistema
nervioso alterado. Tiene sus ventajas y sus inconvenientes”.
Cualidades positivas
Ser altamente sensible, por tanto, no es un rasgo natural, no es un problema ni una imperfección. Sin embargo, es conveniente que estas personas se miren a sí mismas bajo una luz positiva, ya que la sociedad tiende a valorar a los decididos y extrovertidos. De hecho, esta sensibilidad extra les permite percibir mejor los errores y evitarlos, tener mayor capacidad de concentración y precisión, mayor intuición y más empatía, entre otras muchas cualidades. Eso sí, deben descansar más y realizar actividades tranquilas y relajantes más a menudo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario