Nicholas Hall, director de la Escuela de Graduados de la Universidad de Stanford (EE. UU.), nos anima en un artículo publicado en la revista Positive Psychology News a poner en práctica su método para rehuir la angustia que suponen las tareas y resoluciones pendientes. Se trata de darse un plazo de tiempo determinado para tomar la decisión y aprender a confiar en nuestra intuición. Una vez tomada la resolución, hay que centrarse en los aspectos positivos de la misma, en los beneficios que nos supondrá y en el tiempo que hemos ganado para disfrutarlos. De este modo, no nos asaltará la duda de si hemos tomado la decisión adecuada y dejaremos de angustiarnos por las tareas que vamos postergando.
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