jueves, 21 de noviembre de 2013

Controla tu mal genio


La ira no es buena consejera, pues conduce a un sentimiento de culpabilidad y tristeza. Sin embargo, conviene expresarla, pues, en caso contrario, provoca tensión, pensamientos hostiles y desprecio hacia el otro.
Para evitarlo:

  • Primero hay que aceptar el sentimiento que te ha sacado de quicio y observarlo.
  • El siguiente paso es reducir la ira: sal del lugar donde estés, toma el aire, aíslate para escribir el problema, intenta relajarte.
  • Expresa la ira de forma asertiva, comunicando la emoción sin atacar la autoestima del otro y sin descentrarse del problema en cuestión. Así evitas el malestar y refuerzas la propia autoestima.
  • No dramatices. No hay nada tan importante en la vida como para que te haga perder los nervios controladamente. Además, si no manejas tu mal genio, las consecuencias negativas se podrían multiplicar en varios frentes y el resultado empeoraría.



No hay comentarios:

Publicar un comentario