jueves, 30 de julio de 2015

La sonrisa interior


Los sabios taoístas afirman que cuando se sonríe, los órganos producen una secreción similar a la miel, que nutre todo el cuerpo. Cuando se está enfadado, temeroso o sufriendo estrés, los órganos producen una secreción venenosa que bloquea los canales de energía, se instala en los órganos y causa pérdida de apetito, indigestión, aumento de la tensión arterial, taquicardia, insomnio, emociones negativas y disminuyen los niveles de actuación.

Sonreír a los propios órganos les hace también expandirse, hacerse más suaves y húmedos y, por tanto, más eficaces. Como resultado, el hígado, por ejemplo, tiene más espacio para almacenar elementos nutritivos y para desintoxicarnos de sustancias nocivas. La práctica de la Sonrisa Interior comienza en los ojos. Éstos están unidos al sistema nervioso autónomo, que regula la acción de los órganos y las glándulas. Los ojos son los primeros en recibir señales emocionales y obligar a los órganos y glándulas a acelerarse en ocasiones de estrés o peligro (reacción de "lucha o huida") y a tranquilizarse cuando ha pasado la crisis.

Desde un punto de vista ideal, los ojos mantienen un nivel de respuesta tranquilo y equilibrado. Por ello, relajando sólo los ojos, podemos relajar el cuerpo entero y así liberar la energía para la actividad que queramos realizar.



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