jueves, 31 de agosto de 2017

Vivir en pareja: Las quejas más frecuentes y cómo solucionarlas


Tu vida en pareja es plácida, incluso, a veces, demasiado. La rutina se ha instalado en vuestras vidas y, aunque apenas hay conflictos, en ocasiones, hay algunos detalles, en apariencia poco relevantes, que nos exasperan. Para solucionarlos, tan sólo hay que cambiar nuestra actitud.
  • "No le interesa hablar de los temas que yo considero importantes". Es posible que, de esta manera, tu pareja trate de eludir asuntos que no está dispuest@ a afrontar. Para evitar que se muestre a la defensiva, intenta cambiar el tono de tus palabras para que, en lugar de que parezca una crítica, pueda percibirse como una charla amistosa. Procura hacerlo, además, en un momento propicio para ello (cuando no esté cansad@, en un lugar agradable...).
  • "Es poco cariños@ conmigo". No te lo tomes como algo personal. Los sentimientos todavía están ahí, lo que ocurre es que, debido a la fuerza de la costumbre, apenas salen a la superficie. En lugar de recriminarle continuamente su falta de afectividad, trata de predicar con el ejemplo. Si tú te muestras cariños@ con tu pareja, ella no tardará en imitar tu conducta. ¡Nunca falla!
  • "Resulta aburrid@. Tiene muy poca iniciativa. Es otra de las consecuencias de la rutina conyugal. Para romper con la rutina, también debes ser tú quien dé el primer paso. Proponle realizar actividades que sean de su agrado, intenta introducir nuevos elementos en vuestro día a día (aficiones conjuntas, etc.) y amplía vuestro círculo social. Vuestra vida adoptará una nueva dimensión.


jueves, 24 de agosto de 2017

Libérate de cargas innecesarias


SIETE ESTRATEGIAS QUE SIMPLIFICAN LA VIDA


¿Te imaginas recorrer hasta el trayecto más corto con el maletero del coche lleno hasta los topes? Pues eso es lo que sucede cuando cargamos sobre los hombros presiones inútiles. Si quieres avanzar algo más ligero/a de equipaje por la vida, descubre por dónde se escapan tus reservas de energía vital y...¡actúa!

Si bien no podemos elegir el tipo de obstáculos, las curvas y el desnivel de los caminos que transitamos, si está en nuestro poder avanzar por ellos sin cargas excesivas. El escritor argentino Ernesto Sábato decía que la vida es corta y el oficio de vivir, difícil; así que póntelo fácil.

Suelta lastre

1. Preocupaciones. Según el filósofo Séneca: "Sufre más de lo necesario, el que sufre antes de lo necesario". Ser previsor y adelantarse a un posible contratiempo con un plan B puede ser un acierto. Preocuparse en exceso, en cambio, sólo hace que alimentar la intranquilidad, aparte de malgastar grandes dosis de energía mental. Alguien preguntó al político Winston Churchill si no le obsesionaba la responsabilidad que asumía al frente de la lucha contra Hitler, a lo que él contestó: "Estoy demasiado ocupado. No tengo tiempo de preocuparme".

2. Perfeccionismo. Angustia, tensión, miedo a equivocarte... ¿Y si, simplemente abandonaras la carrera del perfeccionismo, la meta de la cual es inalcanzable? Aunque este rasgo se relaciona con la productividad, la eficacia y la excedencia, el afán de perfeccionismo también denota una permanente sensación de rigidez, insatisfacción y falta de aceptación. Para superarlo, el autor de "Encantado de conocerme", Borja Viilaseca, recomienda en un artículo asumir que "los errores que cometemos no son buenos ni malos, sino necesarios para aprender y evolucionar".

3. Inseguridades. Si no te basta con superar tus propias marcas y el baremo que usas para medir tus logros es equipararte con los demás, intenta al menos que las comparaciones sean de doble sentido. Cada vez que te compares con quien crees que ha llegado más lejos que tú, compárate también con quien no ha llegado donde tú. No se trata de sentirte superior o inferior a nadie, sino de ver tu trayectoria desde una perspectiva más amplia y objetiva. En momentos de debilidad recuerda el consejo del psicólogo Antoni Bolinches: "No podemos ser los mejores en todo, pero podemos ser mejores en todo".

4. Envidias y críticas. Procura que los éxitos y las virtudes de los demás sean un impulso en lugar de un motivo de frustración: "Si lo ha conseguido él/ella, significa que es posible", "es un buen ejemplo a seguir", "su actitud me inspira", etc. "Nadie que confía en sí mismo -advertía Cicerón-, envidia la virtud del otro".

5. El "qué dirán". Dejar de buscar la aprobación de los demás supone un gran alivio. Ganarás tiempo y energía si sólo tomas en cuenta las opiniones, consejos y críticas que provengan de las personas de tu círculo de confianza. Si entran en conflicto con tus deseos, sopesa tu decisión, pero recuerda que sólo tú tendrás que vivir con el resultado de tus elecciones. A menudo olvidamos, tal y como sostiene el escritor suizo Joël Dicker, que "tenemos la vida que elegimos".

6. Exigencias desmedidas. ¿Crees que eres muy duro/a con los demás? ¿Te sientes a menudo defraudado por personas de tu entorno? Reduce tus expectativas. Espera que las cosas salgan como tú deseas y trabaja en esa dirección, pero sé suficientemente adaptable como para aceptar lo que venga. ¡La flexibilidad es un signo de madurez!

7. Exceso de pasado. "La vida sólo puede ser comprendida mirando hacia adelante", señala el filósofo Kierkegaard. Así que deja atrás el rencor, la culpa o la melancolía. "Tenemos dos fuerzas que nos ayudan a vivir -sostenía el escritor Blasco Ibañez-: el olvido y la esperanza".



VALORES EN ALZA QUE CONVIENE CULTIVAR

- Humildad. Quienes acogen sus limitaciones con la misma aceptación con la que aplauden sus virtudes juegan con ventaja. El orgullo, lo opuesto a la humildad, nos incapacita para reconocer y enmendar nuestros errores. 
¿Qué ganarás? Dejarás de enzarzarte en discusiones sin fin, de intentar imponer tu criterio o de querer tener la razón. Te convertirás en un excelente "oyente" y, además, desarrollarás una gran curiosidad por las formas alternativas que hay de pensar y hacer las cosas.

- Coraje. Una persona valiente no se lanza a una piscina vacía, tantea el terreno, valora la situación y avanza hacia la meta cuando ve la oportunidad, asumiendo que los obstáculos forman parte del camino. "El éxito -afirmaba Churchill- no es definitivo, el fracaso no es fatal: lo que importa es el valor para seguir adelante". 
¿Qué ganarás? Independientemente del resultado, te sentirás satisfecho/a de haberlo intentado. "Los únicos errores que cometemos en la vida son las cosas que no nos atrevemos a hacer", recuerda la actriz Emma Thompson.

- Apreciación. El mejor antídoto frente a la frustración, las quejas y el victimismo es la apreciación. De vez en cuando, vale la pena hacer un alto en el camino para enfocar nuestra atención en todo lo que sí tenemos y dejamos de valorar porque lo damos por supuesto, nos es cotidiano, etc.
¿Qué ganarás? Te sentirás agradecido/a con la vida, un excelente punto de partida para avanzar por ella con una grata sensación de plenitud.

- Ilusión. Si hace tiempo que tus ojos no brillan de emoción, prueba nuevas actividades y deja que la novedad se instale en tus rutinas -cocina recetas nuevas, da un nuevo enfoque a tu trabajo...-. Tal y como reza el dicho: "Si no te gustan los peces que pescas, cambia el cebo".
¿Qué ganarás? Cuando hay una motivación todo fluye sin apenas esforzarte. "El hombre tiene ilusiones como el pájaro alas. Eso es lo que lo sostiene", advertía el matemático Blaise Pascal.